viernes, 10 de junio de 2011

Memoriae

Son muchos los momentos en los que uno, a lo largo de su vida, se detiene y echa la mirada atrás, encontrándose con un sinfín de vivencias. Son muchas las sensaciones y los sentimientos que dichos recuerdos transmiten, desde el negro más abismal hasta el blanco cegador.

Se dice que son nuestras vivencias, nuestros recuerdos, y, en resumidas cuentas, nuestro pasado, lo que nos realza como personas y lo que nos hace ser lo que somos en el momento actual, haciendo que cada segundo que pase sea un segundo más que nos cambia y nos evoluciona hacia un objetivo lejano y cercano que es el final para todo.

Hay gente que crece con lo que ha experimentado y otros que menguan rechazando lo que sufren, viven o disfrutan, hay gente que cree ser amo de sí mismo independientemente de lo que haya hecho o hará en un futuro. Hay tanta gente como estrellas podemos ver en el cielo, pequeñas y grandes, brillantes, fulgurantes o titilantes motas que se niegan a no ser vistas.

¿Pero y si no puedes recordar? Que puedes hacer si lo que te ha formado, lo que te ha hecho crecer, sobrevivir y ser tu mismo, desaparece o se oculta en un lugar que se ha vuelto innaccesible. ¿Qué hacer si no eres capaz de recordar la voz de los que te han visto crecer? ¿Qué hacer si eres incapaz de poder recordar a la mujer que marcó tu vida más que ninguna otra? ¿Qué puedes hacer cuando echas la mirada atrás y la niebla lo oculta todo? ¿Qué puedes hacer cuando pides perdón por tus errores y no recuerdas los errores? ¿Cómo demostrar que no eres el mismo si no recuerdas como eras? ¿Cómo poder crecer si te has olvidado a tí mismo?

Es difícil poder expresar lo que sientes cuando lo que sabes, cuando lo que te daba seguridad, está sin poder estar.

Pero con el paso del tiempo, sigue habiendo una pregunta que te quita el sueño, que te hace pasar noches en vela forzándote sin tregua...



¿Cuál es mi límite si no soy capaz de recordar lo que he sufrido?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Uh, estás profundo hoy...

Anónimo dijo...

Nos gustaría que volvieses. Necesito una especie de consejo para derrotar a una patota de guerreros del caos con enanos...

James dijo...

Quien eres? Me has dejado ya dos comentarios y supongo que nos conocemos y eres jugador de enanos en Warhammer pero siendo Anónimo...

Anónimo dijo...

No, en realidad no te conozco personalmente. Visito el sitio desde hace algo así como dos años sin conocer nada de WH, pero me gustó la proisa y las imágenesy me anime a comprar un ejército... Lamento presentarme como anónimo o si esperabas a alguien más,pero insisto en que es un buen blog y espero más entradas.

James dijo...

Pues ahora me asalta la curiosidad y me gustaría conocerte, hay alguna manera de ponernos en contacto de mejor manera?

Este blog está un poco bastante abandonado porque ya no juego por falta de tiempo, pero si quieres consejos, charlar o lo que sea, hay otros sitios en los que puedes contactar conmigo a diario y estaré encantado de decirte lo que sea.

Si quieres dejame tu msn o tu usuario de skype y te agrego y ya hablamos mejor.

Un abrazo, Anónimo desconocido.