Road to the moon

Estos primeros días, mientras esté reformando el blog iré poniendo textos que ya tengo escritos, más adelante ya iré poniendo textos nuevos.

Espero que os guste

El texto de hoy, escrito en verano, se lo dedico a Ninde, que lo merece.

Vías Eternas

23:00, el metro pasa y con él los segundos, los minutos, la vida. Penumbra en la luz, sombras iluminadas por una lámpara titilante. Luces de neón al final del pasillo y ecos del megáfono llamando a los pasajeros perdidos.

Un vagabundo acurrucado en un rincón olvidado. La escalera mecánica funcionando sin tregua, la rítmica procesión de peatones, un guardia malhumorado, una muchedumbre gris y entre todos ellos, entre ruido y luz, entre oscuridad y gente, tú.

Vestido azul, bolso negro y zapatos de charol, esa eras tú, simplemente tú, con tu sonrisa pícara, tu mirada de cómplice, tu piel de seda, pero sobre todo, ese olor, ese olor a diferencia, a verdad, a vida, olor a autenticidad.

Las puertas del metro se abren y tú entras, grácil, con soltura y garbo, con estilo. Andas como si no anduvieses, tú flotas. Tu vestido ondea con el viento que no sopla, recorre tu piel como manos enamoradas, ojos curiosos se fijan en ti, lo sabes, y disfrutas.

Eres superior a todos ellos, tu eres el más y el menos, el alpha y el omega, el ying y el yang.

Te sientas a mi lado, sonríes, algo estalla. Calor, fuego, pasión en mi sangre, ¿serás una obsesión?, ¿serás un sueño?, no, eres tú.

Me escondo sin posibilidad de esconderme, mi pelo cae sobre mis ojos. Ropa oscura, el mp3 a toda potencia, Famous Last Words acabando, sé qué canción viene ahora, siempre lo sé, es siempre lo mismo, como una carretera circular, como un principio que es fin; Demolition Lovers…¿es una coincidencia?...¿es una señal?

Quiero saber tu nombre, eres música, eres poesía. Mis labios se separan, las cuerdas vocales se tensan, el aire sube, el pecho se expande, el corazón bombea, se acelera, la sangre corre y con ella… ¿miedo?, sí, es miedo, no digo nada, el miedo es traidor y cruel, corre un velo entre nosotros, ¿todo acaba?

Pelea, nunca te rindas, sigue peleando. Voces en mi cabeza, ¿mi consciencia? Me río, los recuerdos llegan como olas. “Será tu consciencia”, no reconozco la voz, “yo no uso de eso”, soy yo, indudablemente. Irónico, gracioso, inevitable. Vivo una metáfora, el amor rebosa mi corazón, lo hace explotar y toma su lugar, sigue bombeando sangre, pero con un único fin, tú.

Te miro, veo tus mejillas, tus labios, tus ojos pintados, la sombra, la luz, me miras, otra vez calor, otra vez pasión.

Otra sonrisa, pero esta no es pícara, es sincera, es auténtica, es tuya, original. Tu mano roza la mía, ¿es un accidente o lo has hecho a propósito? Quien sabe, preguntas sin respuestas y respuestas sin preguntas. Miradas encontradas, sonrisas en un cruce, intersección en nuestras vidas.

Una canción se escapa entre mis labios: “…desde el cielo habló la luna llena…”, me miras, tus ojos han cambiado, ¿es sorpresa?, ¿es felicidad?, te miro, otro cruce de miradas, algo estalla entre los dos, las luces se apagan. Un metro a oscuras, un trayecto a las sombras. Te aferras a mi mano, “…lo siento…”, es tu voz, angustia y dulzura, miedo y tranquilidad. Impulsos surgidos de la nada, te abrazo, te relajas, susurras, “Soy Luna”, sonrío, “Yo James”.

Relojes que no funcionan, el tiempo se detiene, todo se vuelve gris, ¿todo?, todo menos tú y yo. Brillas, destacas. Suspiros perdidos, suspiros de pasión, corazones acelerados, deseos cogidos de la mano, deseos que se cumplen.

El metro sigue en marcha, pero todo esta a oscuras, todo menos nosotros; todo está en silencio, todo menos nuestros suspiros, menos el roce de nuestra piel, menos nuestra conversación.

Miradas en un cruce de caminos, manos entrelazadas, un mismo camino, un mismo metro, el metro hacia la eternidad.

by Dreu